1. El personaje llorón
De acuerdo con lo señalado por la autora en su libro, esta es la típica persona que está todo el tiempo quejándose de sus problemas y desgracias: “El mundo entero está en su contra y siempre hay alguien a quien culpar de su desgracia y tristeza”. Estos individuos suelen volver a analizar una misma experiencia decenas de veces, quejándose sobre los mismos asuntos y temas de los que siempre se ha quejado. Lo triste es que, advierte Orloff, cada sugerencia que recibe de sus amistades bien intencionadas es descartada con múltiples argumentos, para preguntar luego “¿qué puedo hacer?”.
2. El culpador profesional
Es más dañino que los “llorones”, ya que se encuentran siempre en modo de ataque. Se descontrola, sobrerreacciona y acomete verdaderas cruzadas en busca de culpables por las situaciones que ellos mismos generan. Suelen ser verbalmente agresivos y abusivos, y en vez de quejarse como los vampiros anteriores, atacan hasta a sus seres queridos. No es que el mundo esté en contra de ellos, sino que usted está en su contra.
3. Los reyes del drama
Comienzan cada frase con un “no sabes lo que me sucedió ahora”. Su vida fluctúa siempre en los extremos positivos o negativos, navegando de crisis en crisis y alimentándose del caos con el que manejan sus vidas. Una leve discusión con la pareja para ellos es el signo indefectible de que no tienen más posibilidades en la vida de encontrar el amor verdadero, un nuevo lunar significa que tienen cáncer y van a morir y cada una de sus experiencias pareciera ser un cóctel de intensas emociones.
4. El conversador constante
¿Tiene amigos que tardan dos horas en contarle que cambiaron la rueda del auto, o amigas que interrumpen un evento familiar para narrarle la intensa conversación que tuvieron con la manicurista o le recitan la agenda de actividades que tienen para ese día? Para Orloff, estas personas están conectadas sólo con lo que les pasa a ellas, son incapaces de escuchar a los demás y usan a sus seres queridos como espectadores de sus eternos monólogos.
5. El adicto a la yugular
Cualquier éxito, aventura, interés o deseo que usted manifieste, lo boicotea. Son las típicas personas que, cuando les están contando un problema, interrumpen a su interlocutor diciendo que la situación de ellos es peor. Ante cualquier manifestación, lo que ellos sienten o han experimentado es mejor o más grande.
Y si se trata de parejas o amigos cercanos, suelen ser descubiertos cuando intentan echar por tierra las aspiraciones o planes de sus seres queridos: por ejemplo, si alguien desea comprar una casa, les recuerdan que tardarán años en pagar un préstamo; si quieren viajar, acotan que las últimas vacaciones no funcionaron o, simplemente, dejan entrever que la persona no es capaz de ejecutar sus deseos porque carece de aptitudes.
Síntomas para detectarlos
Sin valor.- Las experiencias personales que usted narra siempre son descalificadas por ellos, atacadas o se les resta validez.
Tensión.- Al comenzar una conversación, intuitivamente se siente tenso, a la defensiva e inseguro.
Huida.- Siente el deseo de arrancar lo más pronto posible de ese momento y rehúye de los contactos con esa persona.
Cansancio.- Con el tiempo, comienza a sentirse agotado, enfermo e, incluso, físicamente extenuado en su compañía.
Gracias por compartirlo con nosotros
ResponderEliminarSonia