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NACIDA EN BARRIO DE ORO

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miércoles, mayo 12, 2010

Un trovador elocuente y ambiguo en sus canciones.


JLEVIN@MIAMIHERALD.COM

PEDRO PORTAL / EL NUEVO HERALD
EL TROVADOR Carlos Varela habla con la prensa a su llegada a Miami.El cantautor cubano Carlos Varela tiene casi el mismo aspecto que cuando vino a Miami en 1998, el primer músico de la isla que visitó esta ciudad durante un deshielo cultural de 18 meses. De baja estatura y grueso, sigue vistiéndose de negro, y, a los 47 años, sigue luciendo una barba de candado y anteojos oscuros.
No obstante, la boina negra característica de Varela cubre ahora una cabeza casi completamente calva. Sus canciones, que en los años `90 daban un poderoso mensaje a una generación de cubanos jóvenes ansiosos de cambio, se han hecho más ambivalentes. Si han conservado la misma resonancia es algo que se pondrá de manifiesto el sábado, en su primer concierto en un local importante del sur de la Florida, el Centro de Artes Escénicas Gusman, donde en el 2004 tuvo que cancelar una presentación por habérsele negado la visa.
"Ya hace 12 años que llevo esperando esta oportunidad'', dijo Varela, los ojos rojos de cansancio, durante una parada la semana pasada en el Aeropuerto Internacional de Miami. "Muchos jóvenes cubanos. . . preguntaron: ¿Cómo es posible que yo venga en busca de la tierra de la libertad, y que ahora no me dejen escuchar a mi artista?' Estas canciones también salen de esas contradicciones''.
El regreso de Varela coincide con la reanudación por parte de la administración de Obama del intercambio cultural con la isla. Esta primavera, el famoso grupo de música bailable Los Van Van tocó en Miami, y el dúo puertorriqueño Calle 13 se presentó en La Habana. Varela visitó Washington en diciembre, y tocó ante los miembros del Congreso, a los que pidió que terminen con el embargo y permitan a los estadounidenses viajar a Cuba.
El 3 de junio, Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, aparecerá en una celebración del 70 aniversario del American Ballet Theater en Nueva York, y al día siguiente, Silvio Rodríguez, el cantautor más famoso de Cuba y el más estrechamente asociado con la revolución, deberá actuar en Carnegie Hall.
A pesar de esta nueva apertura, sucesos tales como los ataques a las Damas de Blanco mientras protestaban por el sufrimiento de los presos políticos cubanos han revivido viejas tensiones políticas y suscitado cuestionamientos sobre el impacto del intercambio cultural.
Varela dice que todavía tiene fe en el poder de la música para cambiar a la gente, ya que no a la política.
"La música no puede acabar con una guerra; no puede acabar con un embargo. No puede acabar con una crisis económica; no puede acabar con el odio'', dice. "La música no puede detener el tanque. Pero puede tocar el corazón de la persona que está manejando el tanque''.
"Yo sigo creyendo [en el cambio], porque soy un hombre que tiene fe. Hay otras personas que tienen fe, aunque hay mucha desilusión, y no sólo dentro de Cuba. También hay mucha desilusión fuera de Cuba. Pero la gente no pierde la esperanza de que más tarde o más temprano las cosas tienen que cambiar. Y ojalá. . . que para mejorar''.
Varela, quien fuera un rockero marginalizado y underground cuyas canciones parecen admitir y criticar a menudo problemas de Cuba, se ha convertido en una de las figuras musicales mejor conocidas de la isla.
En la década de 1990, sus canciones --Guillermo Tell, en la que el hijo de Guillermo Tell insiste en que le toca el turno de tirarle a la manzana en la cabeza de su padre (lo que se interpreta generalmente como la generación joven hablando con Fidel Castro y los gobernantes envejecidos de Cuba); Foto de Familia, que describe la dolorosa separación de las familias; Como Los Peces, sobre un país traicionado y dolido que llora por sus hijos ahogados en el mar-- encarnaron la frustración de una generación joven que añoraba el cambio y la conexión con el mundo exterior.
En la última década, la música de Varela se hizo más personal, mientras que él ganaba fama como heredero de Silvio Rodríguez y el trovador Pablo Milanés.
Pero su último disco, No Es El Fin, parece señalar otro cambio. Está lleno de desilusión y cansancio con viejos símbolos y expectativas.
"Yo te di mi ilusión, mi niñez, mi país y mi corazón'', canta en Telón de Fondo. "Yo te di mi pasión y la suerte perdida de una generación''.
En La Comedia Silente, él pide "Yo sólo quiero que me dejes un poquito en paz. . . Igual que toda la gente, unos callan y otros mienten''.
A la manera clásica de Varela, cada canción se puede interpretar de muchas maneras. El productor musical Ned Sublette, una autoridad en música cubana que sacó al aire el álbum de Varela Monedas al Aire en 1993, dice que todo aquel que busque declaraciones políticas directas quedará decepcionado.
"Mas bien que expresar opiniones en sus canciones, Carlos hacía preguntas'', dice Sublette.  "Las personas que atribuyan una interpretación política cruda a lo que él está haciendo no entenderá lo que él hace''.



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